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Vivir con lo más esencial: entrevista con Acamonchi

“En el sentido de una libertad, que únicamente reclama su derecho a ser tan móvil como lo es la gran naturaleza”. Paul Klee

Somos testigos de una descomposición y recomposición en el arte; no obstante, sigue por el camino de la recreación, multiplicación y difusión para provocar una especie de tensión o de emoción en el espectador.

Acamonchi expresa a lo largo de su carrera artística una catarsis y espontaneidad que cruzan por experimentos de trasmutación cargados de energía en su estética, y también presencian los cambios de la cultura contemporánea, que contrastan en una sucesión de rupturas con respecto a la condición cultural preponderante.

El término underground no surgió de la nada: se divulgó alrededor de 1963 y limitó a cierto tipo de cine y diarios. Esto creó una ruptura, por lo que las corrientes de vanguardia como el fluxus o el dada son un proceso de elaboración compleja que determinaron el trabajo de Acamonchi
Gerardo Yépiz, Acamonchi, es originario de Ensenada, Baja California, y a partir de la década de los noventa ha tenido interés por la cultura subterránea y el arte diy (Do It Yourself), los fanzines, la contracultura punk y el skate. Ha trabajado en Blk/Mrkt al lado de Shepard Fairey (OBEY), y ha plasmado su estética en Colectivo Nortec, MSTRKFT, MTV, Warner Records, y en marcas como Nike, Osiris, Electra Bicycle, por mencionar algunas. Su obra se ha expuesto en Estados Unidos, México, Europa y Japón, con una respuesta favorable.

Acamonchi lanzó el primer sitio web mexicano de arte postal en 1995, obteniendo una reacción inmediata por parte de un público joven que descargaba sus esténciles para crear un diálogo de grafiti entre instalaciones urbanas. Es un melómano con gran gusto musical que muestra interés por las diferentes vanguardias musicales, lo que le permite generar diferentes conexiones inspiradoras.

Son aproximadamente doscientos años los que cumplen los primeros esbozos, retazos textuales, escritos por Mary Shelley para darle forma y vida a su gran novela: Frankenstein, publicada formalmente en 1818. Dos siglos de espera y vasta influencia, tanto en la literatura como en la cultura global, para que Acamonchi agregara sus propios retoques creativos a una criatura dos veces centenaria, traída de nuevo a la vida por Ediciones Mirlo.

¿Cómo ha sido el comportamiento del arte urbano en los espacios públicos con el paso del tiempo?

Inicialmente como antagonista, exploración del entorno y finalmente se ha convertido en un fenómeno asimilado, en el que se permite su manifestación legal, como en las fachadas de los edificios.

la irrenunciable autoridad del arte y del artista para permanecer como fuente de autenticidad:

Para mí la honestidad del artista es muy importante. Qué tan conectado está el artista consigo mismo, dedicación, esfuerzo, dominio técnico e ingenio intelectual para entregar algo genuino, algo que cuente una buena historia de su tiempo.

¿Se compra la firma del artista o el arte?

No tengo idea, tendrías que consultar a un comprador y ver qué es lo que él busca. En mi caso, los compradores han buscado mi trabajo porque les gusta, la firma viene a certificar lo que está plasmado.

¿Cuál es la alineación actual del arte digital en los espacios del diseño gráfico?

Me encantan esas áreas, además de la retrotecnología, lo que nos lleva a darle un giro distinto a la basura; se aplica tanto a algo físico como conceptual.

¿la retrotecnología es nostálgica?

La retrotecnología sí abarca ese sentimiento de que antes todo estaba bien, que todo era mejor. También tiene que ver con la basura, rescatar no sólo físicamente un objeto, sino atribuirle un nuevo significado, su presencia puede llamar a una serie de ideas o bien sólo ser un estorbo, un pisapapeles que detiene un documento para leer.

la progresión del arte moderno en Acamonchi, ¿es causada directamente por su regreso a las fuentes de espontaneidad?

A la par de la tecnología, ya sea una nueva válvula o un aerosol con algún esmalte nuevo, color o textura, afectará la estética del trabajo; por ejemplo, los métodos de impresión, el software para la edición de imágenes, o de repente el acceso a alguna máquina antigua para imprimir. Acamonchi es una actitud además de una estética. La espontaneidad, ser un individuo intuitivo, permite trabajar con el azar, el accidente, lo no premeditado: tener esa virtud de ensamblar cosas al calor del instante. Ésa es una cualidad de mi persona, no es un recurso aprendido en la escuela: he explotado mi intuición a favor de mi trabajo.

Frente a la industria cultural que ha convertido rápidamente a los más “artistas” en sus empleados de caricaturas de sí mismos, en productos kitsch o en ídolos, ¿Cuál es tu postura?

Tengo un pie fuera anticipadamente. Muchas cosas relacionadas con el arte urbano no me gustan, pero es una manera de capitalizar la ropa o el calzado, objetos, ediciones limitadas, etc. Me gusta ver, pero no me siento atraído o que forzosamente tenga que participar como consumidor: mi aproximación es zen, vivir sólo con lo esencial.

Platícanos de Urban Pet Portraits, la creatividad en las mascotas:

Urban Pet Portraits es mi lado cursi, mi conexión con las mascotas y mi amor a los animales, el rollo de adopción y cuidado. Un homenaje a esas mascotas que ya no están. El trabajo que realizo tiene que ver con lo que personalmente estoy atravesando, más que complacer a una audiencia. Trato, dentro de todo, que el proceso sea un ejercicio de sanación y exorcismo, y cuando la pieza está terminada puedo obtener un poco de tranquilidad.

¿los avances tecnológicos establecen una evolución en el proceso creativo del artista?

El ejemplo más común que puedo pensar es en tomar fotos o video del proceso de mi trabajo y compartirlas en la red social o en privado con algún amigo en otro país, con el objeto de recibir algún tipo de retroalimentación. Quizás enviar un portafolio de trabajo o materiales para una publicación. Vender una pintura sin salir del estudio vía IPhone es un ejemplo de gratificación instantánea.

Cómo es el choque intercultural del street art entre Estados unidos y México:

Durante veinte años en Estados Unidos han pasado muchas cosas: la identidad se ha acentuado. Me convertí en artista profesional estando en Estados Unidos; he mencionado antes que el corazón sigue en México, pero la lógica, la ética de trabajo son de este mundo culero capitalista. El networking/marketing que hay detrás también lo es, y en Estados Unidos se ha convertido en una comodidad, en objeto de consumo. Mientras el arte callejero no tenga tintes políticos, especialmente ahora, con la actual administración, encontrará una salida más práctica. En México aún sigue siendo vandalismo, a menos que hagas un mural bonito y colorido que le pueda gustar a la mayoría de la gente.

El arte urbano que se ejerce en México:

Me gustan muchas cosas y hay gente increíble en muchas disciplinas, aunque es un ambiente supercompetitivo. ¡Esta generación viene con una velocidad endemoniada! En lo particular he asistido a muestras de artistas mexicanos en Nueva York, por ejemplo, y ver las reacciones del público es muy agradable.

¿Cómo decides generar un nuevo diálogo por medio de un clásico de la literatura como Frankenstein, de Mary shelley, publicado en Ediciones Mirlo?

Alejandro Sordo fue quien me contactó para las ilustraciones. Escogí Frankenstein porque fue lo más aproximado a mi personalidad. Las ilustraciones son dibujos y están compiladas en Illustrator, la estética es muy similar a las pinturas. Existe una coherencia notable entre mis trabajos anteriores y las de este libro. Está muy ameno.

En ese mismo sentido, ¿qué libros te han marcado?

Bicycle Diaries, de David Byrne o Fucked Up + Photocopied y manuales de supervivencia de ciclismo, uno de Emma Goldman que he estado hojeando en mis escasos ratos libres.

Cuéntanos sobre el veganismo en tu vida, las bicicletas y el skateboard:

Ser vegano para mí es complementar ese círculo, debe existir una congruencia: ¿amas a los animales? No te los comas. Es la lógica de un niño de cinco años. Existen cientos de razones para no consumir proteína animal. Sólo necesité un par para volverme primero vegetariano en septiembre de 1994, y vegano en enero de 2007. Es algo muy personal, no me interesa estar predicando o decirle a la gente cómo vivir su vida. El veganismo me funciona a mí y me hace feliz. El skateboarding o las bicicletas me mantienen relajado, enfocado.

Sobre Tijuana, la imagen musical del norte:

Llegué a Tijuana para estudiar en la universidad en 1990. Tan pronto como pude empecé a rastrear eventos locales. El Iguanas estaba en todo su apogeo, y tocaban muchas bandas nacionales o internacionales. Tijuana estaba muy bien: tiendas de discos, clubes, programas de radio, revistas y fanzines, poco a poco me fui involucrando. Conocí a Rafa Saavedra casi de inmediato, él me presentó a Dj Tolo y a Robert Proco. Desarrollé una amistad muy cercana con Rafa y Lauro, Wito Lavolt, su hermano; tocaba en bandas de música industrial como Fetiche, al lado de Pepe Mogt (Nortec). Con Ford Proco he participado a lo largo de estos años. He sido el miembro invisible de la banda.

Answers Come in Dreams:

Muchos artistas tienen la cualidad de anticipar un fenómeno, de ser visionarios, es algo que se manifiesta en muchas áreas como la ciencia, por ejemplo. Imaginamos cosas y eventualmente se vuelven realidad, podemos rescatar sueños. “Answers Come in Dreams”, como decía la rola de Coil y también el álbum de Meat Beat Manifesto. +

Por @UlyssesAvah

MasCultura 08-mayo-17