Entre una justicia relativa y una relatosa…

Abecedario |

Por fin apareció un libro que le hace jus- ticia a los verbos, pues siempre son los sustantivos los que se llevan los reflectores en las oraciones, por ser los que le dan nombre a los seres y objetos. Abecedario (El Naranjo), en cambio, se ocupa de exaltar cuán aburrida sería la existencia de los sujetos, si los verbos no les concedieran movimiento. Así, los protagonistas del libro se lucen en cada página como magos que sacan del sombrero numerosos trucos para usarse a sí mismos. El verbo ‘Abrir’, por ejemplo, empieza con Abrir un libro, luego cambia de vestuario y se transforma en Abrir las manos, Abrir un paraguas, Abrir los ojos, Abrir un sobre, Abrir la puerta para ir a jugar. Imaginen los trucos que les reservan otros verbos como hablar, comer, chocar, reír, nacer, dar, peinar, iluminar, oler, untar… Y las ilustraciones son divertidísimas.

Sí, soy un felino |

Se dice que la justicia cuenta con un sustento cultural, que a nivel social se comparte qué es lo bueno y qué es lo malo; así también se define que A es A porque no es B, que B no es una C aunque se disfrace y que a C simplemente le gusta ser, sin que la cataloguen. Así las cosas, ¿podrá un osado gatito gris convencer a los grandes felinos de que (paren de reír y) lo consideren uno más del clan? Al fin que si de diferencias se trata, sólo el león tiene melena, la pantera es la única de color negro y nadie salta tan alto como el puma. Bien ilustrado, incluso el ser más minúsculo se hace justicia a sí mismo. Para muestra: Sí, soy un felino (Astronave).

Dos ratones, una rata y un queso |

Dos ratones, una rata y un queso (Océano Travesía) retrata la sospechosa elegancia de los grandes estudiosos de la sociedad humana —los roedores, claro está. Algunos miembros ejemplares no sólo han tomado nota de que la justicia humana dicta dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece, sino que han aprendido a abrazarse a la máxima de: el que parte y reparte se lleva la mejor parte… Eso, hasta que la llamada justicia divina se manifiesta en el mundo, y el propio orden de la naturaleza se encarga de impo- ner un auténtico equilibrio. O dicho de otra manera, imaginen a dos escuálidos y hambrientos ratones disputarse la propiedad de un amarillo y oloroso pedazo de queso, con una vieja rata colmilluda como mediadora.

¡Qué niño más lento! |

Néstor vive cada día al ritmo de su tam, tam, tam interior, de tal modo que sus padres, su hermana, su maestra o algunos de sus compañeros de escuela, estallan seguido al grito de ¡Qué niño más lento! (FCE) y lo expulsan del libro… Para fortuna de Néstor, en el gran libro abierto que llamamos mundo caben todos los tam, tam, tam posibles. Enhorabuena, entonces: ya podemos encontrar en los estantes de las librerías a un digno representante de papel y tinta, que acompañe a quienes lejos de sentir la urgencia común de hacer y llegar, tienen deseos de descubrir a su propio paso en qué consiste la tarea de habitar la Tierra durante algún tiempo.

Cuando nos hallamos comido el planeta |

Cuando nos hallamos comido el planeta (Tecolote) y no quede una sola gota de agua en los ríos, una planta o fruto en el valle, una vaca, un huevo, un pez o una pizca de aire respirable en la ciudad, ¿servirán de algo los lingotes, los bitcoins, las monedas o los billetes nuevos de quinientos o cin- cuenta mil que retaquen nuestros bolsillos? ¿Qué alimento para el cuerpo y el alma nos mantendrá vivos? Esas y otras reflexiones despierta este libro colorido, cuyas ilustraciones estilo collage permiten a cualquier lector encontrar un guiño a sí mismo en alguna de las páginas, descubrirse parte de la amenaza o partícula de la posible salvación. Libros de este tipo son cajitas de sorpresas que siempre al ser abiertos dan pie a un nuevo diálogo o reflexión inesperada. A los niños no sólo se les puede integrar a las discusiones filosóficas: se les puede sembrar en la cabeza semillas ricas, para que a su tiempo crezca un frondoso jardín en ese lugar que hoy ocupa su joven conciencia.

Este texto fue escrito por Karen Chacek y publicado en Revista Lee+ número 113. Su formato físico está disponible en todas las Librerías Gandhi de Mexico y la versión digital, la pueden disfrutar aquí: