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No hay que pedir permiso para escribir: Entrevista con Alberto Fuguet

“Por un lado la literatura tiene que incomodar, pero por otro también tiene que abrazar y acercar a la gente”, comenta Alberto Fuguet, quien suma a su haber dos títulos por los que visita nuestro país, Juntos y solos (Almadía) y Sudor, (Literatura Random House).

Edmundo Paz Soldán dice en el prólogo que abre los cuentos de Juntos y solos: “McOndo quiso luchar contra un estereotipo —América Latina como el continente realista mágico”. A veinte años de la antología McOndo, editada al lado de Sergio Gómez, ¿qué ha cambiado desde esa fecha?: “Yo creo que McOndo ganó, que ya no es polémico. Me parece que ya casi nadie, excepto de manera irónica, está imitando el realismo mágico. Los escritores en América Latina están escribiendo, no de McOndo porque creo que es una palabra un poco fuerte, exageradamente punky y simpáticamente provocativa, pero me da la impresión de que todo el mundo es relativamente pop. Hay una celebración del lenguaje, primero híbrido, mestizo; mezclar la alta cultura con la baja. Sudor, por ejemplo, creo que es súper McOndo, o mejor dicho pop, porque está incorporando nuevas maneras de expresarse, que se usan realmente en el continente, como el lenguaje digital, que la gente joven incorpora rápidamente.”

Juntos y solos refleja el espíritu pop al que alude Fuguet. Nuestro continente está unido, pero esa conexión a veces pareciera un tanto ilusoria, un simulacro de la conectividad que potencia el mundo digital. Estos son en parte algunos de los temas que el escritor chileno considera pertinentes de abordar en la literatura latinoamericana: “Mi inspiración no es la política. Hay una responsabilidad también de hablar de otros temas, de hablar de sexo, de emociones, de amistad. Me parece que el mundo es mucho más complejo. Lo que yo trato de hacer son novelas históricas del presente. Yo vengo más del mundo del cine, del rock, del porno, donde no hay distancia”.

No es sólo la literatura es el campo donde Fuguet se desenvuelve —ya no hablemos de novela y cuentos—, sino también el cinematográfico: “Quizá mis guiones son un poco más literarios porque me interesan mucho el diálogo y las palabras. Pero en realidad el guión es un guía, como dice la palabra. En Juntos y solos tengo dos cuentos, uno que está escrito como si fuera una transcripción de entrevista periodística falseada, pero juega con la idea de la entrevista como una narrativa; hay otro que está escrito como un guión, pero no sé si eso se podría filmar”.

Cuando Alberto Fuguet habla de sus dos libros sentencia sin dudar: “No hay que pedir permiso a la academia para escribir. Me parece que es muy aburrido un escritor diplomático, un escritor que pide permiso, que quiere agradar. Yo vengo de una tradición chilena, y también de Bolaño, en que un escritor tiene que molestar, un escritor tiene que arriesgarse a que lo manden a la mierda, tiene que arriesgarse a que lo maten”.

Por Rolando Ramiro Vázquez Mendoza

MasCultura 23-ene-2017