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El ingenioso e incansable Mark Twain

El ingenioso e incansable Mark Twain

Es probable que algunos de los inventores, o aspirantes a serlo, de hace siglos hubieran sacado provecho del movimiento de los makers, donde muchos de sus participantes echan mano de los avances tecnológicos y medios digitales colaborativos para fabricar sus artilugios. Sin embargo, hay una cualidad que los hermana a todos sin importar la época: el ingenio; lamentablemente, no todos consiguieron desarrollar algo que trascendiera, como fue el caso de Mark Twain.

El 30 de noviembre de 1835 nació, en Misuri, Samuel Langhorne Clemens, conocido por todos como Mark Twain. Su nacimiento estuvo marcado por la proximidad de la fecha en la que el Cometa Halley alcanzó su cercanía máxima a la Tierra. Twain no concluyó con sus estudios y entró a trabajar en un periódico como aprendiz de impresor.

La imaginación del escritor estadounidense se vio reflejada en sus novelas que no siempre fueron bien acogidas. Louise May Alcott criticó fuertemente “Las Aventuras de Huckleberry Finn”, diciendo: “Si no puede escribir para nuestra juventud un libro mejor que ‘Huckleberry Finn’, le sugiero que no vuelva a escribir.” La controversia y censura encabezada por la escritora consiguió aumentar las ventas del libro.

Otro de los campos donde Twain se empeñó en demostrar su ingenio fue en la invención y tecnología, aunque pocos fueron los logros que obtuvo. Patentó unos tirantes autoajustables para chaleco, un juego destinado a memorizar eventos históricos y un álbum de recortes autoadhesivos. Éste último fue el único que reflejó ganancias y que, hoy en día, se sigue utilizando.

La creatividad de Mark Twain se apagó el 21 de abril de 1910. Hoy lo recordamos y celebramos con estas palabras no tan ingeniosas como el mismísimo escritor y humorista de Misuri.