Mal de amores de Molière

¿Tiene límites el amor? Sí y suelen ser varios, dependiendo de lo que entre en la categoría de “amor”. Aunque, claro, a muchos les importa poco y siguen sus más desenfrenadas pasiones. A Molière, en el siglo XVII –claro, muy distinto a nuestro siglo XXI–, le importó poco cuáles fueran esos límites.

El 15 de enero de 1622 nació en París Jean-Baptiste Poquelin, mejor conocido como Molière, el padre de la comedia francesa. Aunque fue abogado de profesión, graduado en 1642 de la Facultad de Derecho de Orleans, nunca ejerció su carrera, pues el teatro y la dramaturgia, que los llevaba en la sangre, se convirtieron en su vida y trabajo. Al año siguiente, ya con el seudónimo con el que todos lo conoceríamos, fundó El Ilustre Teatro.

Sus primeras presentaciones no tuvieron demasiado éxito y Molière comenzó a contraer algunas deudas, problema que lo llevaría a ser detenido. Años después, tras tropezar en diversas ocasiones y en la búsqueda del mismo éxito alcanzado por Corneille y Racine, escribió en 1662 la que sería su primera gran obra maestra: “La escuela de las mujeres”, obra con la que se ganaría el favor de Luis XIV.

Se enamoró de Madeleine Béjart, primera directora de El Ilustre Teatro. Después de concluir su relación, se casó con Armande Béjart, unión que desató varias controversias. Unívocamente, los detractores del trabajo del dramaturgo francés reprobaron el matrimonio. Armande era veinte años menor que Molière y nunca se supo si era la hermana de Madeleine o la hija engendrada por ella y el dramaturgo. Las acusaciones de incesto lo motivaron a escribir “El impromptu de Versalles”, lo que ocasionó que se confrontara con gente influyente del París de aquel entonces.

La crítica moderna ha intentado desmentir esta controversia de amor del dramaturgo francés. Sin embargo, la anécdota se ha mantenido. Finalmente, Molière falleció el 17 de febrero de 1673. Este día, en su aniverasio luctuoso 345, recordamos a este gran dramaturgo.