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Ayúdame, Freud, a Pensar Ayotzinapa

Cuatro años después de la desaparición violenta de 43 estudiantes normalistas en las afueras de Iguala, Guerrero, los miembros del Seminario de Filosofía y Psicoanálisis de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, publican, bajo la edición compartida de Almadía y la UNAM, una colección de ensayos al respecto: Pensar Ayotzinapa.

En su presentación, así como en una entrevista que concedieron a Revista Lee+, Mariana Hernández Urías, coordinadora del libro (junto a Homero Vázquez Carmona) explica sus motivaciones: “Estábamos a mitad de nuestro seminario y entonces ocurrieron los sucesos de esa noche de septiembre de hace cuatro años, y todos nosotros nos sentimos llamados, interpelados, sacudidos por lo que había pasado, y sentimos esta urgencia de hacer algo desde nuestra trinchera, por más modesto que fuera. El seminario se convirtió entonces en nuestro espacio para hablar y ser escuchados. Hicimos esos ensayos por una urgencia casi visceral”.

Psicoanalizando la noche de Iguala |

“Básicamente nos ayudó a pensar en lo que está más allá de lo consciente, lo evidente”, dice Homero al sopesar las bondades del psicoanálisis para estudiar un asunto tan delicado.

“Conceptos del psicoanálisis, como el inconsciente —completa Mariana—, son imprescindibles al pensar en lo social y lo político. También están la compulsión a la repetición y la pulsión de muerte, por ejemplo. O sea, Freud nos da elementos para pensar en aquello que se resiste a ser pensado.”

La compulsión a la repetición nos remite al inicio: un camión “secuestrado” para que los estudiantes vinieran a la Ciudad de México a la conmemoración del 2 de octubre de 1968, queda en un supuesto fuego cruzado.

Mariana confirma la postura psicoanalítica: “Precisamente, hay ecos, como lo que hace Laura Echavarría Cantó, que hace un espejeo de lo de Ayotzinapa con las desapariciones durante la dictadura en Argentina. Todos sentimos eso que retornaba y que claramente no ha sido lo suficientemente trabajado, y por eso regresa, porque no está resuelto”.

¿Quién es el Estado? |

Para los ensayistas de Pensar Ayotzinapa, las escuelas normales rurales cumplen la función de educación y de crítica. “Para Freud —dice Homeroeducar es un de las tres actividades imposibles, las otras son psicoanalizar y gobernar. Educar no es informar, sino impulsar el pensamiento”. “Y su resistencia es más volcada hacia el acto que al discurso —interviene Mariana y por ello son más vulnerables ante la represión del Estado.”

Una idea persistente en el inicio del libro, es llamar la atención sobre la consigna de la sociedad: “Fue el Estado”, y la Dra. Zenia Yébenes se refiere a dos fuerzas estructurales: los estereotipos culturales y los intereses políticos.
“La pregunta de Zenia nos gustó porque va justo al nervio: ¿qué clase de Estado es el mexicano? Es un Estado que está en todas partes y al mismo tiempo en ninguna”, reflexiona Mariana.

La verdad |

El libro, como expresa la misma Dra. Yébenes en su introducción, además de la relación del individuo con las instituciones, también rescata la necesidad de que más allá de lo oficial, es necesaria la verdad.

“Tenemos la ‘verdad histórica’, o sea el informe oficial del gobierno de México, y el informe del Grupo de Expertos”, explica Homero al hablar del establecimiento de la verdad. “Este último se construyó con evidencia científica, y parte de lo que se informa es que muchos relatos de la ‘verdad histórica’ fueron obtenidos bajo tortura. Aquí vemos claramente un aparato de autoridad imponiendo una verdad”.

El texto de Rosaura Martínez gira en torno a la verdad y a lo necesaria que es para efectuar un duelo, por un lado y, por otro, para “construir una historia, que nos da sentido, identidad. Esa falta de verdad nos paraliza”, dice Mariana.

¿Yo, victimario? |

Ayotzinapa es una comunidad rural apartada de la gran urbe, pero el aterrizaje más duro de Pensar Ayotzinapa consiste en la reflexión personal: ¿esta violencia, brutal y sistemática en qué parte habla de mí? ¿Por qué resuena y de dónde salió esta reacción visceral? Comenta Mariana: “El hecho de reconocernos como parte de algo que está pasando, en los dos lugares, tanto en el papel de víctimas como en el del perpetrador, ¿qué tanto estoy participando y en qué lado? Esa sola pregunta —que difícilmente llega sin el psicoanálisis— abre muchos temas y discusiones sobre mi papel en la sociedad, porque también el Estado (que está en todas partes y en ninguna) habla de nosotros, no podemos ponernos y quitarnos conforme nos convenga”.

Finalmente, a decir de Homero, una de las principales intenciones del libro es “elaborar una memoria, pero una memoria abierta a ser reescrita; poner a la luz estos aspectos como parte de nuestra vida cotidiana”.

Entre la conmemoración de los sucesos de hace cuatro años en Iguala y la de hace cincuenta años en Tlatelolco, Pensar Ayotzinapa es un texto más que oportuno, obligado.

Este texto fue escrito por R. de la Lanza y lo puedes seguir en Twitter.