Para mirar hacia atrás

Jared Diamond es un destacado científico especializado en fisiología evolutiva y biogeografía cuyos libros, escritos siempre con un estilo entretenido y ameno a la par que rigurosamente documentado, le han valido reconocimientos como el premio Pulitzer, uno de los máximos galardones para obra publicada otorgado en los Estados Unidos. Autor de "Armas, gérmenes y acero" y "Colapso", dos obras imprescindibles para entender los mecanismos adoptados por las civilizaciones para progresar y no sucumbir a los graves problemas generados por ellas mismas, el profesor Diamond nos ofrece en "El mundo hasta ayer" una de sus investigaciones más ambiciosas sobre las sociedades tradicionales y su importancia para el mundo actual. Se trata, en efecto, de una obra monumental que en más de un sentido suscitará el interés de todos aquellos lectores afectos a la antropología, la psicología social, la biología evolutiva, la crónica de costumbres, la historia y la divulgación científica. A lo largo de casi 600 páginas Diamond aborda y contrasta temas de interés general (pertenecientes sobre todo a los ámbitos de la política, la economía y la ecología) desde una perspectiva humanista y bajo la lupa proporcionada por el estudio de nuestro pasado más remoto.

Las preguntas esenciales que configuran esta magna y multifacética obra de Jared Diamond son: ¿qué podemos aprender de las sociedades tradicionales?, ¿para que nos sirve, a estas alturas del partido, advertirlas y estudiarlas?, ¿qué tipo de conocimientos teóricos y prácticos son capaces de ofrecernos a nosotros, miembros de las llamadas sociedades WEIRD (western, educated, industrializad, rich and democratic societies)? En buena medida, la respuesta a estas y otras preguntas no es unívoca y depende mucho de la actitud que se adopte frente a una serie de hábitos y costumbres que parecen muy distintos a los nuestros. Las dinámicas individuales y colectivas que caracterizan a las sociedades tradicionales —definidas por Diamond como “sociedades pasadas y presentes que viven en densidades de población bajas en pequeños grupos que van desde unas pocas decenas a unos pocos millares de personas, subsistiendo de la caza y la recolección, la agricultura o el pastoreo”— despliegan elementos de naturaleza variopinta que nos pueden ayudar a comprender mejor el mundo en el que vivimos. “Los estilos de vida tradicionales —escribe Diamond— son los que nos modelaron y nos convirtieron en lo que somos ahora […] Las condiciones “modernas” han imperado, incluso localmente, durante una diminuta fracción de la historia humana; todas las sociedades humanas han sido tradicionales durante mucho más tiempo de lo que han sido modernas […] el mundo de ayer no fue borrado y sustituido por un nuevo mundo de hoy: gran parte del ayer sigue con nosotros. Esa es otra razón para querer comprender el mundo del pasado.”

Así, pues, mediante la exposición de las dinámicas seguidas por las sociedades tradicionales —cuyo paradigma todavía se encuentra en las Tierras Altas de Nueva Guinea en donde habitan los papúes— podemos comprender mejor, por ejemplo, un tema tan importante como la constitución del Estado. Mientras que en las grandes poblaciones es casi imposible que toda la gente se conozca entre sí o subsista sin apoyarse mutuamente, lo cual crea la necesidad de policías, leyes y códigos morales que garanticen la armonía colectiva, los miembros de las sociedades tradicionales no dependen de líderes o burócratas para administrar la paz social. De hecho, escribe Diamond, “los miembros de la banda son lo suficientemente escasos como para que todo el mundo se conozca bien, para que las decisiones puedan tomarse mediante un debate cara a cara y para que no exista un liderazgo político formal o una especialización económica marcada.” De esta manera, la transformación de la banda, como forma de organización propia de las sociedades tradicionales, en tribu, en jefatura y, finalmente, en Estado, es un recurso eficientemente utilizado por Diamond para ejemplificar, a su vez, el paso del nomadismo al sedentarismo como rasgo esencial de nuestra historia.

Con una notable erudición y una envidiable capacidad para moverse con suficiencia en distintas ramas del saber, Jared Diamond ha confeccionado un libro estupendo sobre la importancia de mirar hacia atrás para ver mejor hacia delante. Ocupándose de nueve temas centrales —los peligros, la crianza de los niños, el trato a los ancianos, el lenguaje, el poliglotismo, los estilos de vida saludables, la resolución pacífica de los conflictos, la religión y la guerra— englobados en once capítulos, "El mundo hasta ayer" nos permite conocer y apreciar mejor las exóticas formas de vida adoptadas por diversos grupos de cazadores-recolectores como los kung del desierto africano de Kalahari, los indios aché y sirionó de Sudamérica, los isleños de Andamán en el golfo de Bengala, los pigmeos de los bosques del África ecuatorial, los kaulong de la isla de Nueva Bretaña, los indios machiguenga de Perú y, por supuesto, los papúes de Nueva Guinea. Todo un catálogo de seres tan inteligentes como nosotros que llevan a cuestas el peso de la civilización entera.

 

Por: Lobsang Castañeda

Imagen: Portada del libro "El mundo hasta ayer", de Jared Diamond.
Mascultura 04-Mar-14