Una nueva edición de esta novela, donde el desencanto, la mediocridad y el sinsentido característico de Fadanelli nos muestra personajes atrapados en sus propios vicios.
Benito Torrentera, un profesor cincuentón de filosofía, cegado por la pasión que le provoca una jovencita descontrolada y curiosa (Flor Eduarda) y que aparentemente ha cometido un asesinato, decide dejar su vida apacible para protegerla. Así, de manera inexplicable Benito le ayuda a huir de la policía, la oculta, e incluso trafica con papeles falsos para huir con ella por carretera al pueblo Michoacano de Tiripetío (lugar donde Fray Alonso de la Vera Cruz impartió la primera cátedra de filosofía en el nuevo mundo, en 1540). Mientras a él lo desborda la sinrazón y el deseo, Flor Eduarda experimenta curiosidad –y hasta cierto punto simpatía– por ese hombre pesimista y apático.
Al final, en esta historia que podría ser de amor pero no, más bien es de vileza y violencia; todo se sale de control y como resultado el acabado profesor termina en la cárcel, desde donde narra su historia, así como la manera en que sus sueños de una vida más intensa terminaron en fracaso.
