Simone de Beauvoir y la ceremonia del adiós

Simone de Beauvoir  y la ceremonia del adiós

De entre tantas mujeres indispensables para la literatura, la filosofía y las artes, pocas son las que se recuerdan. Quizá más hoy en día, que hace cien o doscientos años. El feminismo y la búsqueda de un trato igualitario entre hombres y mujeres, de alguna forma, ha rendido frutos. Y muchos de ellos, gracias a mujeres que han generado las condiciones para lograrlo, como en el caso de nuestra festejada del día de hoy: Simone de Beauvoir.

Nació el 9 de enero de 1908 en París y desde pequeña sobresalió por su inteligencia. Cuando la Primera Guerra Mundial asoló Europa, su familia quedó en la quiebra, por lo que se mudaron a un quinto piso de un edificio que no tenía ascensor. La precaria situación familiar no deterioró su entusiasmo por el estudio y compartió con su padre el gusto por el teatro y la literatura.

Se inclinó por una postura atea a los catorce años, a los quince decidió ser escritora y en 1928 se licenció en letras, con una tesina sobre Leibniz. También estudió filosofía en La Sorbona, donde conoció a Jean Paul Sartre, con quien estaría toda la vida, aunque sin casarse y practicando la poligamia.

Junto con Camus, Sartre y Marleau Ponty fundó la revista “Tiempos Modernos”, que pronto se convertiría en un referente político, social y cultural de la ideología francesa. Simone de Beauvoir se sintió traicionada por Sartre ya hacia el final de su vida y sí, fue en contubernio con otra mujer: cuando el filósofo falleció declaró heredera universal de los derechos literarios a su amante Arlette.

La pensadora francesa falleció en su natal París el 14 de abril de 1986. Hoy recordamos a esta enorme protagonista de la historia intelectual, de quien han dicho: “Mujeres, se lo deben todo”, pues su libro, “El segundo sexo”, publicado en 1949, es considerado un punto de partida teórico de la ideología feminista.